miércoles, 9 de mayo de 2012

10


    




     -      Auch…  - Susurré. Llevo más de una hora en el Centro de Renovación, y no entiendo cual es el punto en quitarme todo el vello de mi cuerpo. Soy hombre, y hasta donde sé, es normal tenerlos.
     -     Tan guapo y tan testarudo. ¿Seguro que no eres Tauro? – Me dijo una mujer de cabello azul. ¿Qué es eso de Tauro?
     -     Eh, no… no soy Tauro, soy Marvel… - Dije con tono de obviedad, ¿qué le pasa?
     -     Aw, hermoso. Eres tan gracioso, Marvel.

¿Qué rayos? Mejor ya no habló, no entiendo cual fue la gracia, pero bueno. Ya no hablaré. 
Dejé que los estilistas terminaran su trabajo para que mi otra estilista me vistiera acorde para el desfile de este año. 
Cuando ella llegó me dijo su idea y lo que quería lograr. Me gustó la idea, así que dejé que comenzara a hacer su "magia".

Mi estilista se llama Rose, o eso me dijo. Rose comenzó a rociarme todo el cuerpo con pintura plateada, se sentía gracioso cuando lo hacía. Al terminar de rociarla, dejó que se secara, y mientras tanto ella fue a buscar el vestuario que llevaría encima.

Desapareció por unos minutos, y cuando entró venía con el conjunto tapado. Cuando abre donde este venía noto que es una elegante túnica cubierta de piedras preciosas, traídas del Distrito 1. Con mucho cuidado, la ayudo a ponerme la túnica, después me miro en el espejo y, ¿para qué mentir? Me veo y siento espectacular.

    -      Me gusta. Bastante. – Le dije con una sonrisa en mi rostro.
    -      Muchas gracias, pero eso no es todo. Mandé a hacer unas coronas, con zafiros en ellas. Ésta es la tuya.

Me colocó muy cuidadosamente la corona, y es maravillosa. Es una corona de oro puro y tiene zafiros azules incrustados en ella. Me recuerda a mi madre… Como la extraño.

    -      ¿Y bien? ¿te gusta?
    -        Bastante. Muchas gracias.
    -        Bien, salgamos que ya nos están esperando afuera.

En cuanto salí, escuché los suspiros de Violetta y Cashmere. Les había encantado. Me comenzaron a llenar de cumplidos, de lo guapo que me veía y de más. Después salió Glimmer y tenía un conjunto parecido al mío, sólo que su túnica era cubierta por rubíes,  además de que ella con su cabellera rubia y sus ojos azules arrasa.

   -       Oh, Glimmer querida, te ves preciosa. – Dijo Cashmere.
   -       Muchas gracias. – Respondió Glimmer con una gran sonrisa en su deslumbrante rosto.
   -       Vamos muchachos, es hora de bajar.

Violetta nos llevó al nivel superior del Centro de Renovación, que es básicamente, un gigantesco establo. La ceremonia inaugural va a empezar, y nos fueron subiendo a las parejas de tributos a unos carros tirados por grupos de cuatro caballos. Nuestros caballos son blancos como la nieve, y están tan bien entrenados que ni siquiera necesitan un jinete que los guíe.

    -      Te ves preciosa Glimmer. Tu nombre siempre ha quedado contigo, pero ahora mucho más.
    -      Muchas gracias, Marvel. Tú no te quedas atrás, te ves maravilloso. – Me dijo con una sonrisa.

Escuché un “¿todo listo?” por lo lejos, para después dar el timbre que indicaba que ya saldríamos.        En cuanto salimos del Centro de Renovación se escuchó un <<¡Distrito 1!>> para después escuchar los rugidos de las personas del Capitolio gritando nuestros nombres. Les encantó.

Glimmer y yo los saludábamos, y ella en más de una ocasión les lanzaba besos y yo sólo les sonreía. Todo iba bien, hasta que escuchamos <<¡Distrito 12!>> y todos los vítores y alabanzas eran para ellos. ¿Por qué? Giré mi cabeza a la pantalla y ahí estaba la respuesta. Estaban en llamas. Ingenioso.  Glimmer y yo decidimos seguir con lo nuestro e ignorarlos, pero era algo difícil.

Después del recorrido de 30 minutos por el Capitolio, veo como los 12 carros llenan el circuito del Círculo de la Ciudad. Todas las ventanas de los edificios que rodean el círculo están abarrotadas de los ciudadanos más prestigiosos del Capitolio. Nuestros caballos nos llevan justo hasta la mansión del presidente Snow, y allí nos paramos. La música que antes se escuchaba termina con unas notas dramáticas.

El presidente Snow, un hombre un poco alto, y rechoncho con el cabello blanco como el papel, nos da la bienvenida oficial desde el balcón que tenemos encima. Lo tradicional es enfocar las caras de todos los tributos durante el discurso, pero en la pantalla veo más Distrito 12 que nada. Después del discurso y que el himno de Panem sonara, se dio una última vuelta por el círculo antes de desaparecer en el Centro de Entrenamiento. Por fin.

En cuanto se cierran las puertas, nos rodean los equipos de preparación, que nos decían que habíamos estado fantásticos. Agradecimos a cada uno de ellos. Después, miré a mí alrededor como siempre solía a hacerlo cuando la vi… Si, la vi.

Una sonrisa involuntaria de mí parte se hizo notar en ese momento.
Estaba preciosa. Llevaba un vestido largo azul, caía perfectamente, llevaba su cabello recogido en una cola alta y llevaba una especie de corona marina con perlas en ella, tenía poco maquillaje, pero se veía igual de preciosa como cuando la vi por primera vez, con su tez broceada y esos hermosos ojos verdes como el agua.
Bajé mi mirada a su cuello, y vi que este era adornado por un sencillo collar con una perla, pero había algo diferente en el. Observé bien, y era el listón rojo. Algo habían hecho para que este formara parte del collar. No sé qué, pero lo hicieron.

-   Es el listón rojo... - Susurré para mi mismo con entusiasmo.

Azora estaba hablando con el mismísimo Finnick Odair. La leyenda viva y mentor del Distrito 4.
Creo que estuve demasiado tiempo viéndola porque después Gloss me preguntó si quería una cubeta, cosa que me hizo sonrojar. Después Glimmer me dijo que fuera un poco más disimulado. Quería serlo, pero es demasiado el tiempo que ha pasado desde la última vez que la vi, y sólo quiero asegurarme de que esto en realidad no sea más que un largo sueño.

¿Qué me has hecho, Azora? Pregunté para mis adentros. Hubo un momento en el cual nuestras miradas chocaron y sonreí ligeramente. Ella me sostuvo la mirada y me regresó la sonrisa, al parecer Finnick se dio cuenta de eso porque volteó y al momento de verme solo rió un poco. Tal vez él ya sabía sobre el tema. Después Finnick la tomó y todos subieron a su piso.

    -       ¿Qué fue eso? – Me preguntó Violetta.
    -        Una muy larga historia, Violetta… - Solo dije esto, y Glimmer me abrazó, sabe como me encuentro en éste momento.
Cuando ya no había tanta gente nos fuimos a nuestra planta.
    -       Glimmer, Marvel ¿podrían asearse para la cena? – Nos dijo Violetta para después sentarse en el living. Nosotros asentimos y fuimos hacia nuestras habitaciones.


- ¿Qué fue lo qué sentiste, Marvel?
- ¿Perdón?
- Si… ¿qué sentiste al verla?
- Un vuelco en el corazón.
- Lo imagino. Lo noté en tu cara, y en tus ojos, noté un brillo en ellos que hace mucho no veía. Debe ser especial.

Fue lo último que dijo Glimmer con una enorme sonrisa cuando entró a su habitación, hice lo mismo, entré a la mía, pero al momento de cerrar la puerta en un acto no intencional susurré un: es especial.


Me di una rápida ducha y me vestí con un pantalón verde y una camiseta de manga larga color blanco. ¿Es necesario recordarles que amarré la pulsera de Azora a mi muñeca? No lo creo.

Salí de mi habitación, listo para cenar, moría de hambre. Todos ya estaban en sus lugares cenando, así que tomé asiento al lado de Cashmere.

    -     Muchachos, mañana empiezan su entrenamiento. Tienen que estar listos antes de las 10 a.m. ya que a esa hora comienza – Nos dijo Gloss.  – No creo que sea necesario que alguno de nosotros los acompañemos, ya son grandes, ¿o no? – Dijo con una ligera sonrisa.

     Continuamos cenando y comentábamos acerca del Distrito 1, lo que hacíamos y como nos divertíamos en la Academia.

    -    Chicos, díganme, ¿sus padres a que se dedican?
    -     Mis padres tienen una pequeña joyería en el centro del Distrito, es todo. Muchas veces yo los acompañaba a la joyería, me gustaba jugar con todas las joyas que se encontraban ahí. Cuidadosamente, me ponía miles de brazaletes, collares, anillos, aretes, me llenaba de joyas, era divertido. – Les contó Glimmer sonriendo. Recuerdo que para su cumpleaños número 14 recibió un anillo precioso con rubíes, zafiros, y uno que otro diamante. Estaba fascinada.

    -      ¿Y los tuyos Marvel?
    -       Mi padre es doctor, y mi madre solía ser enfermera, pero dejó eso y ahora dedica su tiempo en sembrar flores. Le encanta.
    -       Oh, qué lindo.
    -       No tienen ni la mínima idea, la casa de Marvel siempre huele bien, a flores y su jardín es una hermosura. – Dijo Glimmer con emoción. Es cierto. Es por eso que a ella le gustaba visitarme, se quedaba en mi jardín mucho tiempo viendo las flores, de todos colores, tamaños, formas y especies.
    -        Seguro siempre se veía hermoso… - Dijo Violetta.
    -    Siempre. – Dije con yo con una sonrisa.

Con esto finalizamos la cena, ya que ya se hacía tarde y teníamos que levantarnos temprano por la mañana.
Fui a mi habitación, y como tenía pocas ganas de ponerme pijama me acosté en ropa interior y apagué las luces.

Me estaba quedando dormido cuando algo vino a mi mente…

Campánula violeta.

La flor que coloqué en el pelo de Azora el día que la conocí era una campánula violeta.






















*Mi visión del traje del Distrito 1. Créditos al creador.
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¡Hola, gente preciosa! 
Una disculpa si los he hecho esperar, he estado algo rara últimamente pero bueno, una disculpa. 
Les quiero agradecer a todos por tomarse su preciado tiempo en dedicarse en leer esta fanfic, la cual ya está apunto de llegar a su fin. Triste, lo sé, pero bien, a lo que iba, gracias por sus hermosos comentarios, los cuales adoro leer. Por cierto, ¿quién es de ALEMANIA y RUSIA? Tengo la enorme curiosidad, si pueden dejar un comentario o escribirme un tweet se los agradecería DEMASIADO, jaja. 
Espero que disfruten este capítulo y les queden ganas de más.
En otras noticias, mañana es mi cumpleaños, ¡wohooo! Como sea, muchas muchas gracias, los adoro por leer, y ¡AMEN A MARVEL!

viernes, 4 de mayo de 2012

9






La siguiente persona en despedirse de mi fue Deen. Fue corta, pero no nos teníamos que decir mucho. Le pedí que cuidara a mi familia, me prometió que lo haría. Lo hará.

La siguiente y última en despedirse de mi fue la madre de Glimmer. No lo esperaba, pero lo hizo. Me pidió que cuidara a Glimmer y me deseó mucha suerte, para después darme un pequeño beso en la frente y salir. Que mujer tan adorable.

Estuve un rato solo. Cuando llegó un agente de la paz y me escoltó hasta el auto que nos llevaría a la estación del tren. Glimmer y yo estuvimos todo el camino callados, más sin embargo Violetta se la pasaba hablando de lo hermoso que es el Capitolio. Ahora ya sé por lo que pasó Lana.

Llegamos a la estación y había muchos reporteros del Capitolio, claro, querían tener en la primera plana a los tributos del Distrito 1. ¿Cómo no?

Agradecí a mis adentros cuando el tren llegó, por fin tendríamos algo de tranquilidad para pensar, tal vez será muy poco el tiempo que tendremos, ya que el Capitolio está demasiado cerca del Distrito 1, pero algo es algo.

Entramos al tren y Violetta nos encaminó al comedor del enorme y lujoso tren, y nos pidió que tomáramos asiento. Ahora que lo pienso… ¿dónde están nuestros mentores? En ese momento vi entrar a los guapos hermanos Gloss y Cashmere, vencedores de años consecutivos. Y tomaron asiento justo enfrente de nosotros.

    -          Y bien, Glimmer, Marvel. ¿Cierto? – Nosotros dos asentimos. – Muy bien, mucho gusto, yo soy Gloss, y ella es mi hermana Cashmere, seremos sus mentores durante su experiencia en los Juegos del Hambre.

Y así continuamos hablando por un tiempo más, hasta que nos pidieron que nos aseáramos, ya que en una hora llegaríamos al Capitolio y teníamos que estar relucientes.
Glimmer y yo nos retiramos del comedor y fuimos hacia nuestras habitaciones. Antes de entrar nos abrazamos.

    -          ¿Cómo estás? – Le pregunté.
    -          Estaba bien, hasta que vi que tendría que pelear contra ti. No quiero Marvel, no quiero. Estoy asustada. – Me dijo viéndome a los ojos, podía ver en ellos su miedo.
    -          Tranquila Glimmer, las cosas pasan por algo, y ya no podemos hacer nada, más que cuidarnos el uno al otro, ¿de acuerdo? – Le dije y ella simplemente asintió, no podía hacer otra cosa.
La abracé de nuevo, y besé su mejilla, después la solté, le dediqué una pequeña sonrisa y entré a mi habitación para darme una rápida ducha.

Al entrar al baño noté una gran diferencia y un gran problema. Estas duchas son diferentes a las que usamos en casa. Estas tienen múltiples opciones para cosas innecesarias. Si quieres brillar o no, si quieres oler a rosas o a tulipanes. ¿Qué diferencia hay? Hice mi mejor intento para no picar a algo fuera de lugar y tener una ducha normal.

Al terminar de ducharme y salir, me coloqué la ropa interior y me vestí con un pantalón color negro, una camiseta básica con cuello V blanca y mis zapatos negros. Me coloqué algo de loción, me peiné y amarré la pulsera que me acompaña desde hace 5 años a mi muñeca.

Azora.

Ahora me siento pésimo porque he roto la promesa. Tal vez ya nunca la veré. Puedo ganar estos estúpidos Juegos y buscarla pero eso implicaría matar a Glimmer y no puedo hacer eso. Ya. Tranquilo Marvel. Trata de convencerte en que las cosas se acomodarán por si solas.

Salí de mi habitación, y justo a tiempo porque Violetta ya iba avisarme que habíamos llegado. Me acerqué a una ventana y vi las calles del Capitolio, justo como en la televisión lo anuncian, llenas de color y con la gente paseando en ellas. Glimmer se acercó a la ventana y los saludaba a algunos, y a otros les lanzaba besos, desde donde estaba pude ver que los estaba volviendo locos.

    -          Vamos, Marvel, acércate.

Hice lo que me dijo y me acerqué a la ventana. Comencé a imitar a Glimmer, los saludaba y saludaba a otros, pero nunca les mandé besos. Eso no era lo mío, y en mí es muy poco probable que se vea sexy.

Como el Distrito 1 siempre llega primero al Capitolio por ser el distrito más cerca, tenemos más tiempo para descansar hasta el desfile. Entramos al Centro de Entrenamiento, que sería nuestro “hogar” o mejor dicho prisión durante los siguientes días, hasta que los juegos comiencen. Subimos a nuestra planta y cenamos, y hablamos de algunas estrategias. Para cuando terminamos, Violetta nos pidió que tomáramos asiento en el living, donde veríamos la reseña de las cosechas. 
Entonces aparecen los ya conocidos Caesar F. y Claudius T. Los primeros comentarios son los de siempre, que este año los juegos serán inolvidables para después dar inicio a las cosechas, la primera es la del distrito 1. Veo todo desde otra perspectiva. Me tranquiliza un poco ver que a pesar de sentirme horrible por dentro en ese momento, por fuera me veía muy tranquilo y seguro de mí mismo. Después sale la cosecha del 2, los tributos del 2 se ven en buenas condiciones, sobretodo el hombre, Cato, que se ofreció voluntario sin dudarlo. Lo más seguro es que seremos aliados.
La cosecha del 3 estuvo normal, nada bueno. Sé que ninguno de ahí podría ser mi aliado. Cuando comenzó la del 4, prestaba mucha atención, no sabía la razón, pero lo hacía por impulso. No sé que esperaba ver.
Cuando la mujer encargada del Distrito 4 saca la papeleta y dice el nombre de la mujer tributo;  no sé cuál ni cómo fue mi cara al momento de escuchar el nombre de la chica, pero por lo que sospecho, no fue muy bonita… Ya que mis mentores y Violetta me preguntaron si estaba bien, cuando Glimmer sabía que no lo estaba.

Si. La tributo mujer del Distrito 4 es Azora Rog.

Puede haber miles de Azoras en el Distrito 4, pero sé que es ella, porque cuando vi sus ojos verdes y su caminar tranquilo al escenario, hizo que mi corazón diera un vuelco. No lo podía creer.

    -          Marvel, ¿qué sucede? ¿estás bien? – Me preguntó Cashmere.
    -          Si, si, es sólo que… nada, olvídenlo.
    -          Eso no suena muy convincente. – Me dijo Gloss está vez.
    -          Sí, bueno, no importa, sigamos viendo las cosechas.

No me creyeron del todo, pude notar que Glimmer me envió una mirada preocupada y estoy seguro de que Cashmere preguntará después el por qué de mi nerviosismo.
Seguimos viendo las cosechas, pero por mi parte no podía dejar de pensar en Azora. Sobrevivió, llegó sana y salva al Distrito 4, y ahora es tributo. Es oficial. Nací para ser jodido por la vida.

Después algo llamó mi atención. Distrito 12. Si, la chica que se ofreció voluntaria por su hermana, es algo nuevo para ser de un Distrito no tan importante, es algo que no se puede dejar pasar, ya que, ¿quién se ofrece voluntario para morir? - El chico y la chica. Se ven peligrosos para ser del 12. Tendré cuidado con ellos. Nota mental, no juzgues a un libro por su portada. Ten cuidado con el 12.

En cuanto terminó la reseña, me levanté inmediatamente del sillón y me encerré en mi habitación. Tengo muchas cosas en las que pensar.

Sé que no debo, pero ahora me siento con la responsabilidad de cuidar a 2 personas además de mí.
«Esto es un juego, y sólo uno puede sobrevivir. Eres parte de él. Quieras o no, alguien morirá y no lo podrás evitar.» Ese vago pensamiento merodeaba por mí cabeza como si no hubiese un mañana. No era el mejor momento para pensar en aquello. Sólo provoca un dolor en mí ya lastimado corazón. No, no lo hagas…
No te rompas Marvel. Eres un profesional.




Eran las 2 de la mañana cuando sentí que alguien se sentó en mi cama. Giré un poco mi cabeza, y eran Cashmere y Glimmer.

    -         Marvie, ¿estás bien? – Me preguntó Glimmer. Ella sabe que no lo estoy, pero tiene que preguntarme para asegurarse.
    -          Claro que si, Glimmer, soy un profesional.
    -          No, Marvel. No por ser un profesional quiere decir que no debas de sentir, no significa que no debas tener sentimientos, no significa que debes ocultarlos. Que hayas sido entrenado desde pequeño para asesinar y no ser asesinado no quiere decir que debas estar hecho de piedra. – Me gruñó mi rubia amiga.
    -          Lo siento Glimmer, pero sabes que no lo estoy.
    -          ¿Puedo preguntar por qué? – Ahora la que habló fue Cashmere.
    -          Te explicaré…

Y así fue, le expliqué el por qué a Cashmere. Desde un principio yo sabía que tal vez no le parecería o me regañaría y diría que lo dejará a atrás, que uno de los dos moriría y todo acabaría, pero fue todo lo contrario… hasta ya ideó un plan para hacer una alianza y después del segundo entrenamiento hablaría con los  mentores del Distrito 4, para saber si estaban de acuerdo. También sé que eso implica que Cashmere le cuente a Gloss, pero eso es lo que menos me preocupa. Que Cashmere le cuente a todos los que quiera, mientras yo tenga garantizado que estaré con ella y Glimmer, no me importaba.

Cashmere es demasiado comprensiva para ser verdad. Después de la charla, me abrazó y se retiró, dejándome solo con Glimmer.

   -          ¿Por qué? – Me preguntó Glimmer.
   -          ¿Por qué?... ¿qué?
   -          ¿Por qué estás tan empeñado en protegerla cuando solo la viste y hablaste con ella una vez?
   -           No lo sé. Es la pregunta que me he hecho desde que la conocí.
   -          ¿No estarás enamorado de ella, cierto Marvel?
   -          No lo sé, Glimmer. Créeme que no lo sé. Lo único que sé es que estoy dispuesto a protegerlas a ambas, ¿sabes?  - Me sinceré.
   -         Gracias.  Bueno, Marvie, nos veremos en la mañana, te quiero mucho.

Dijo esto, se levantó pero fue hasta donde yo estaba y me dio un beso en la frente, me abrazó y me susurró un “buenas noches”.

Me quedé pensando en lo que me preguntó Glimmer cuando llegué a una posible conclusión.


¿Será que Azora es la persona que está hecha para mí? Tal vez pronto lo sepa.