Cuando Glimmer y yo nos percatamos de esto nos miramos por
unos segundos para después dirigirnos hacia ellos.
Al acercarnos más a ellos me di cuenta que aquella persona
que nos estaba dando la espalda era Peeta, del Distrito 12.
-
¿Qué sucede aquí?- Pregunta Glimmer algo
confundida.
-
Glimmer, Marvel, ¡qué bueno que llegan! nos hemos
encontrado al Chico Amoroso, tiene una jugosa petición. – Nos dice Clove
dirigiendo su mirada hacia nosotros. Puedo notar que sostiene a Peeta de la
camiseta.
-
Bueno, creo que eso es algo que se tiene que
discutir cuando esté la alianza completa, ¿dónde están Azora y Breck? –
Contesté algo más que desesperado de información.
No veía a Azora en ninguna parte y eso
estaba alterándome, era una profesional pero eso no te exenta de nada.
-
No lo sabemos, ya deberían de estar aquí y lo
saben, tal vez estén muertos, no podemos detenernos por ellos. – Dijo Cato de
manera autoritaria. En el momento que dijo eso mi cara de distorsionó por
completo, Glimmer lo notó y trató de calmarme.
-
Marvel, calma, ella está bien, te lo aseguro. –
Me dijo en un susurro; luego se dirigió a Cato y Clove. – Podemos esperarlos unos
cuantos minutos, solo para comprobar.
-
Está bien, esperaremos hasta el atardecer, si
para ese entonces ella no llega, ya sabremos que pasó.
Mientras esperábamos nos sentamos alrededor del lago,
descansando un poco, contando la armas que teníamos, a quien le servía a cada
cosa, los provisiones con las que contábamos, tomando un poco de agua, comiendo
algo de fruta seca, etc. Cato y Clove no dejaban de vigilar a Peeta, y a este
se le notaba completamente incómodo.
Cuando el sol se estaba poniendo mis nervios aumentaban, no
llegaba, tal vez murió.
Estaba a punto de perder toda esperanza cuando escuchamos
algo que venía del bosque, todos nos pusimos en posición de ataque por si era
necesario, de repente, ella salió del bosque, venía sumamente alterada y
agitada, algo había sucedido.
Todos volvimos a nuestras posiciones y caminé hacia ella; estaba
viva, era todo lo que me interesaba.
Cuando estuvimos frente a frente la abracé, olvidando por
completo que tal vez haya muchas cámaras en nuestro enfoque.
-
¿Qué sucedió? ¿Por qué no regresabas? – No pude
evitar preguntar haciendo evidente mi tono de preocupación.
-
Entré al baño de sangre, todo iba bien, estaba
viéndolos constantemente pero algo salió mal, pude notar de Breck estaba
teniendo problemas, así que fui a ayudarlo, tuvimos que correr, ya estaba
herido, cuando el chico del Distrito 11 le lanzó un cuchillo, así apuñalándolo,
lo vi caer, estaba confundida, no sabía qué hacer, acababa de ver a mi
compañero de distrito morir y no pude hacer nada al respecto para evitarlo,
solo me quedé ahí parada, cuando regresé a mi estado normal pude notar que este
mismo chico corría hacia mí, tuve que huir. Estaba realmente angustiada, no sé
qué fue lo que me pasó, lo siento. – Me abrazó y pude ver una lágrima bajar por
su mejilla, así que la limpié. Me dolió demasiado verla en ese estado.
-
Ya estás bien, ya estás conmigo, estás con tu
alianza, ahora nos cuidaremos el uno al otro, ¿de acuerdo? Ahora vamos con
ellos, que te estábamos esperando, hay un asunto que debemos resolver, te daré
algo de agua y comida para que puedas reponer tus energías. – La tomé de la
mano y la llevé con los demás; para cuando llegamos ella ya se había recuperado
lo suficiente como para que no la vieran tan afectada.
-
¿Qué sucede? ¿Todo bien, Azora? – Preguntó Glimmer
notando sus ojos algo rojos.
-
Sí, todo bien, gracias Glimmer. – Dijo con una
pequeña sonrisa.
-
¿Dónde está Breck, Azora? – Preguntó Cato.
-
Fue asesinado por el chico del Distrito 11, no
lo pude ayudar.
-
Oh, es una lástima, era realmente bueno con las
trampas. – Dijo Clove con un tono de lástima. – De acuerdo, Chico Amoroso,
habla.
En ese momento todos dirigimos nuestra
mirada hacia Peeta, Azora que no lo había notado hasta ahora se sobresaltó un
poco, lo cual me sacó una pequeña risa.
Peeta nos miraba no muy seguro, era muy
obvio que desconfiaba de nosotros, por mi parte, no buscaba asesinarlo, sabía
que si no nos gustaba lo que dijera, Cato se haría cargo de él, así como de
Katniss, su compañera de distrito, no le agrada demasiado por haber sacado una
calificación mayor que él en el entrenamiento.
Finalmente, se decidió a hablar.
-
Sé que Katniss, mi compañera de distrito, no les
agrada del todo, así que, he pensado en iniciar una alianza con ustedes, ya que
yo los puedo ayudar a encontrarla más rápido.
Esto era nuevo, ¿no se supone que el está
enamorado de ella? Eso es traición.
Dirigí mi mirada a Azora, sé que ella
piensa lo mismo que yo.
Después dirijo mi mirada hacia todos los
demás, todos tienen la misma expresión en su rostro: Confusión.
No lo comprenden.
Hasta ayer el había declarado su amor a
ella frente todo Panem.
-
¿Y esta traición a que se debe esta traición? –
Preguntó Azora, con decisión.
-
Bueno, estos son Los Juegos del Hambre, aquí el
amor ni la amistad existen, esto es matar o morir. Estoy luchando por mi vida.
Todos nos miramos. Estábamos confundidos.
Sí, estos eran Los Juegos del Hambre, pero nadie está exento a los
sentimientos.
Miró una vez a Azora, la contempló durante
unos segundos, y sé que yo nunca podría hacerle tal cosa. Nunca podría
traicionarla, aunque me costara la vida.
-
¿Cómo sabemos que dices la verdad? ¿Cómo
sabremos que esto no es solo un engaño? ¿Un plan ideado por ustedes dos? –
Preguntó Glimmer.
Peeta dudó un momento, pero contestó.
-
Katniss es realmente astuta, pero no piensa
demasiado, es buena en las trampas, pero no lo suficiente, las puedo reconocer
en un segundo. Los guiaré hacia ella, yo tampoco la quiero en el mapa.
Y con eso se ha ganado a Cato y Clove.
Por otra parte, esto no nos parecía buena
idea a la otra parte de la alianza.
No se puede confiar en alguien enamorado.
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