Era el día de la entrevista con
el famosísimo Caesar Flickerman. Nos habían despertado temprano para tomar un
rápido desayuno y una rápida ducha. Tanta ducha en el Capitolio ya había hecho
que irradiara olores de muchos colores. Sé que suena raro, pero aquí en el
Capitolio es posible y aterradoramente normal.
Rose había comenzado conmigo
temprano. Puso sobre mí muchos líquidos raros, me dijo que era para la Arena,
de seguro para que no me crezca vello de nuevo. Todavía no comprendo que tienen
de malo los vellos, todos los hombres los tenemos.
Después de mi súper larga ducha
con las raras sustancias de Rose, me ayudó a vestirme. Yo me puse los
calzoncillos y los pantalones, pero ella me ayudó con lo demás.
Era un pantalón azul parecido al violeta, una camiseta lila con otros toques
con un purpura y líneas amarillas, un chaleco azul casi turquesa, un saco azul
como el azul del pantalón y unos zapatos de vestir del mismo color que el
pantalón con cordones blancos. Es algo que tal vez nunca habría usado en el
Distrito 1, pero me gusta. Me maquilló un poco, y peinó.
Vi a Glimmer con un provocador
vestido casi transparente color dorado. Ese tipo de vestidos son los que a
Glimmer le benefician. Ya que se ve sexy la mires por donde la mires. Antes de
bajar Cashmere y Gloss nos recodaron cuales eran nuestros enfoques: Glimmer la
chica encantadora y sexy. Yo, el chico amistoso, ególatra con mucha seguridad,
tal vez demasiada.
Al bajar sólo estaba la pareja
del Distrito 2. Nos acomodamos en nuestros puestos y se escuchó cómo se abría
el elevador, giré mi cabeza y era el Distrito 4.
Azora se veía preciosa, como de
costumbre.
Llevaba un vestido rosa crema que
era algo ajustado en el pecho, pero caía perfectamente debajo de su cintura. La
parte que caía tenía algunas rosas hechas con tela que era parte del vestido.
Llevaba unos tacones color morado y tenía un adorno en ellos, eran como flores
blancas en la punta del tacón. Llevaba su cabello suelto, y tenía poco
maquillaje.
Me gusta más sin maquillaje. Pero
sigue viéndose preciosa.
-
Hey… - Me dijo en forma de saludo.
-
Hey… - Le respondí y sonreí.
-
Te ves muy guapo. – Me dijo viéndome a los ojos.
-
Muchas gracias, tú no te quedas atrás. Te ves
preciosa.
Este comentario hizo que se sonrojara. Yo sólo tomé su
barbilla y besé delicadamente su mejilla.
La vi y sus ojos seguían brillando.
-
Chicos enamorados, lamento interrumpir pero aquí
no pueden hacer eso, no les vendría bien con los patrocinadores – Oí decir a
Glimmer. No me gusta cuando interrumpe, pero tiene razón, no nos vendría bien
mostrándonos amor en la arena.
Azora y yo nos separamos y tomamos nuestros lugares. Lo
bueno era que no estaban todos abajo. Todas las entrevistas duran 3 minutos,
así que teníamos que ser breves.
Glimmer fue la primera en salir y el público en cuanto la
vio soltó un suspiro. Caesar le preguntó sobre su vida en el Distrito 1, su
familia, si estaba preparada para los juegos y que opinaba sobre el Capitolio.
Al terminar sus 3 minutos sonó una campana indicándolo. Ahí supe que era mi
turno, respiré y salí.
-
Marvel, ¿cómo estás? Toma asiento por favor.
-
Muy bien, muchas gracias.
-
Y dime, ¿cómo era tu vida en el Distrito 1?
-
Tranquila, iba a la escuela como todo niño,
salía a divertirme con mis amigos, ayudaba a mis padres en su trabajo.
-
¿Salías con tus amigos? ¿No querrás decir que
salías con tu novia?
-
No, no, nunca he tenido una novia.
-
Pero, ¿crees en el amor?
-
Claro que creo en él, mis padres me han
demostrado que si existe, y es lo más hermoso. – Cuando dije esto, escuché como
varios suspiros salían, y muchos aplausos.
-
Dices que es lo más hermoso, pero no has tenido
novia. ¿Será que hay alguien especial?...
-
Si, si lo hay. – Ni siquiera yo había visto eso
venir… me sonrojé.
-
Oh, ¿y podemos saber su nombre?
-
Ah… pronto lo sabrán, lo prometo. – Dije riendo.
-
Ya está, lo prometiste. Cuando regreses de la
arena tendremos una charla pendiente. – Después Caesar y yo intercambiamos una
que otra broma y se acabó mi tiempo.
-
Gracias Marvel, ¡Marvel Homs, Distrito 1!
Al terminar mi entrevista salí por el otro lado del
escenario, donde ya me esperaba mi equipo. Ya sé que viene.
-
Con que… ¿alguien especial, eh? – Dijo Finnick
Odair. ¿Finnick Odair? ¿Qué hace Finnick Odair justamente aquí? - ¿Es ese
alguien especial es mi tributo, Azora? – Entonces… creo que todo mundo supo
mucho antes que yo el hecho de que estoy enamorado de Azora. Como no quería ser
grosero con él, y prefería evitar mentirme a mí mismo, asentí con una sonrisa
en mi rostro.
-
¡Hasta que lo aceptas, Marvel! – Gruñó mi
mentora. – Ustedes dos son el uno para el otro. Todo el mundo lo sabía menos
tú.
Eso me hizo reír, pero dijo que todo el mundo menos yo… ¿Eso
significa que Azora siente lo mismo que yo? Solo pensar en esto hace que mi
corazón se acelere.
Seguían pasando los tributos, no eran entrevistas muy
interesantes pero cuando llego la de Azora no pude despegar mi vista.
-
Bienvenida Azora. Te ves preciosa, ¿ya te lo
habían dicho?
-
Muchas gracias. Y lamento informarte Caesar que
te ganaron, pero gracias – Dijo Azora con una de esas sonrisas que hace que me
derrita.
-
Oh, no puede ser. ¿Quién fue? Yo nunca aceptaré
que alguien me gane.
-
No puedo decirlo, es un secreto. – Dijo susurrando.
-
¿Es un secreto? ¿eso quiere decir que fue uno de
los tributos, eh? – Le dijo Caesar poniendo una cara pícara. El público soltó
un grito de emoción.
-
Ah… ¡qué guapo te ves, Caesar! Tremendas ganas
de cambiarte mí vestido por tu atuendo.
-
Oh, Azora… sé que me quieres cambiar el tema,
eso no funciona conmigo. Pero gracias por el cumplido, cuando quieras
compartimos atuendos. – Le guiñó un ojo y el público estalló en carcajadas. –
Bueno, dime, ¿qué opinas del Capitolio?
-
Es muy bello. Y la gente ni hablar.
-
Que adorable, muchas gracias, ya te estás
ganando nuestro amor. ¿Y qué se siente tener al guapo Finnick Odair como
mentor?
-
Me alegra escuchar eso, y Finnick es una persona
maravillosa, el poco tiempo que hemos compartido entre los entrenamientos o
almuerzos le he tomado afecto. Tiene todo mi respeto y admiración.
-
Cuéntanos, ¿qué solías hacer en el Distrito 4?
-
Ir a la playa, lo amaba.
-
¿Te sientes lista para los Juegos?
-
Sí, me siento preparada. No por nada nos llaman
profesionales, ¿o sí?
-
Tienes razón. Por último, dinos con sinceridad,
¿hay alguien ocupando tu corazón? – Le preguntó con seriedad Caesar, yo solo estaba deseando escuchar un: Si.
-
Si.
-
Oh, se acabó el tiempo, muchas gracias Azora,
toda la suerte del mundo.
¡Azora Rog, Distrito 4!
Dicho esto, la gente le comenzó a aplaudir, y entendí su
enfoque: Chica adorable del Distrito 4. Papel que le queda a la
perfección.
¿Qué sentí cuando su respuesta fue “sí”? Miles de mariposas. Y estoy seguro de que sonreí como estúpido
porque todo mi equipo volteó a verme, junto con Finnick y comenzaron a reír, no
por burla o broma, si no por felicidad.
Azora apareció en el marco de la entrada, al instante nos
miramos y sonreímos. Algo sonrojados y con todas las miradas encima nos
abrazamos. La tuve que soltar aun que no
quisiera pero tenía que subir a mi piso y ella esperar a su compañero de
distrito.
-
Nos veremos mañana, ¿de acuerdo? Ten mucho
cuidado, si quieres luchar en el baño de sangre, hazlo pero cuídate. Formaremos
una alianza.
-
Haré lo que venga con el momento. Y tendré mucho
cuidado, te lo prometo. Tú también debes cuidarte, promételo.
-
Claro que lo prometo, no las dejaré solas.
-
Muy bien. Hasta mañana Marvel. – Dicho esto me
abrazó y besó en la mejilla. Yo la besé en la frente.
Me fui con mi equipo y Azora se quedó con Finnick de nuevo,
vi como comenzaban a entablar una charla. Ya me imagino que viene para mí al
llegar al piso 1.
Llegamos al piso 1, y nos acomodamos en el living para
continuar viendo las entrevistas. Mi sorpresa fue que al instante Finnick,
Annie Cresta, y Azora llegaron.
-
Bien, ¿listos? – Dijo Finnick.
-
No le hemos comentado nada a Marvel. – Dijo
Gloss.
-
Nosotros un poco a Azora. – Le contestó Finnick.
Annie, Finnick y Azora tomaron asiento frente a nosotros.
-
Azora, Marvel. Ahora que es oficial que ustedes
dos sienten algo es hora de hablar. – Comenzó a decir Cashmere. – Escuchen, por
su propio bien oculten lo más que puedan ese amor en la arena. A los
patrocinadores no les importan los chicos enamorados, lo que ellos quieren es
sangre y nada más. Ustedes son tributos profesionales, sabemos que no están exentos
a enamorarse ya que tienen sentimientos como todos nosotros, pero todos esperan
lo de siempre de ustedes, dar un gran show, sangre. Yo sé que ustedes están
conscientes de eso, pero queremos dejarlo claro.
-
Eso no quiere decir que tengan que estar separados.
Tienen suerte de ser de distritos fuertes y poder formar una alianza. Pueden
comportarse como amigos, acompañantes, un equipo, pero sin pasarse de los
límites. – Dijo Finnick.
Iba a dar mi respuesta cuando escuchamos un << ¡Distrito
12! >> proveniente de la pantalla. Todos concentramos nuestra mirada
ahí. Era la chica del 12 con un vestido
rojo simulando llamas. Claro, “la chica en llamas”. Su entrevista no fue nada
entretenida, y la encontraba algo sosa. Pero sigue siendo peligrosa. Terminaron
sus 3 minutos y entro el chico de su distrito, alguien muy diferente a ella.
Su entrevista era más energética, y hacía reír a los
espectadores. Muy inteligente. Se llegó a un punto de la entrevista donde
Caesar le preguntó al chico sobre alguna enamorada. El negó tenerla pero al
final le sacaron la sopa.
-
¿Un chico
guapo como tú? Tiene que haber una chica especial. Venga, ¿cómo se llama?
-
Bueno, hay
una chica – responde él, suspirando-.
Llevo enamorado de ella desde que tengo uso de razón, pero estoy bastante
seguro de que ella no sabía nada de mí hasta la cosecha.
La multitud expresa su simpatía: comprenden lo que es un
amor no correspondido.
-
¿Tiene a
otro?
-
No lo sé,
aunque les gusta a muchos chicos.
-
Entonces
te diré lo que tienes que hacer: gana y vuelve a casa. Así no podrá rechazarte,
¿eh? – Lo trató de animar el buen Caesar.
-
Creo que
no funcionaría. Ganar… no ayudará, en mi caso.
-
¿Por qué
no? – Preguntó Caesar, perplejo como todos nosotros. No puede ser lo que yo
imagino.
-
Porque… -empezó
a balbucear Mellark, ruborizándose-.
Porque… ella está aquí conmigo.
No había caído en la cuenta de su respuesta hasta que vi a
todo mi equipo y al equipo de Azora con caras sorprendidas, y dejando escapar
algún suspiro de angustia. No por ellos, sino por nosotros.
-
Vaya, eso
sí que es mala suerte. – Dijo Caesar, y claro que la es. Mírame a mí.
Enamorado de la chica del distrito pesquero, y ella de mí. No podemos hacer
nada más que fingir que somos aliados. Permaneciendo callados. Callando nuestro
trágico amor.
-
No es
bueno, no – Coindice Mellark.
-
En fin,
nadie puede culparte por ello, es difícil no enamorarse de esa jovencita. ¿Ella
no lo sabía?
-
Hasta
ahora, no.
Caesar ofreció sacar a Everdeen de nuevo para recibir una
“respuesta” más reglas son reglas y su tiempo había terminado. Se despidieron y
le dijo que todo Panem lo tenía en el corazón.
El rugido de la multitud fue ensordecedor, y Mellark,
tributo del 12 nos había borrado a todos del mapa con su “confesión de amor”.
No era justo. Para nada justo. Él confesó su amor por ella,
¿y nosotros? No nos lo permitieron.
-
No es justo.
-
Marvel… - me dijo Cashmere.
-
Cashmere, no me importan los patrocinadores.
¿Acabas de ver eso? Él confesó su amor por ella, cosa que yo no pude hacer, y
te aseguro que en este momento tienen una cola de ellos – Le contesté algo
alterado.
-
Marvel, calma – Me dijo con un tono de voz
tranquilo Azora. Dirigí mi mirada a ella, y estaba algo sorprendida por lo que
acaba de escuchar. Sé que piensa lo mismo que yo. Después dirigí mi mirada a
Glimmer y estaba pensando demasiado, tenía su mirada ida- ¿Por favor?
No pude hacer nada bajo eso, bajé mi mirada y comencé a
respirar lentamente para tratar de calmarme.
-
Escúchame Marvel, no me importa si no confesaste
tú… amor por mí de esa manera frente a todos ellos. Y tampoco me importa si yo
no lo hice. Ya que solo me importa que tú lo sepas. Tú eres a quien yo quiero,
y estoy más que satisfecha con saber que tú estás consciente de ello. No el
público, Caesar, el Capitolio, o Panem. Ellos no me importan. Me importas tú.
Y ahí fue cuando caí en la cuenta de que ella era todo lo
que quería y necesitaba. Me sentí estúpido por haberme quejado anteriormente,
ya que ella tiene razón.
-
Lo siento, tienes razón…
-
Claro que la tengo. – Dijo riendo un poco. Me
acerqué a ella y nos abrazamos por un momento.
-
Los trágicos amantes… - Escuché decir de forma baja a Glimmer.
-
Provenientes del Distrito 1, y Distrito 4. –
Completó Cashmere en tono de tristeza. La comprendo, yo tampoco estoy del todo
contento con esto.