- Auch… -
Susurré. Llevo más de una hora en el Centro de Renovación, y no entiendo cual
es el punto en quitarme todo el vello de mi cuerpo. Soy hombre, y hasta donde sé, es normal
tenerlos.
- Tan guapo y tan testarudo. ¿Seguro que no eres
Tauro? – Me dijo una mujer de cabello azul. ¿Qué es eso de Tauro?
- Eh, no… no soy Tauro, soy Marvel… - Dije con
tono de obviedad, ¿qué le pasa?
- Aw, hermoso. Eres tan gracioso, Marvel.
¿Qué rayos? Mejor ya no habló, no entiendo cual fue la
gracia, pero bueno. Ya no hablaré.
Dejé que los estilistas terminaran su trabajo para que mi otra estilista
me vistiera acorde para el desfile de este año.
Cuando ella llegó me dijo su
idea y lo que quería lograr. Me gustó la idea, así que dejé que comenzara a
hacer su "magia".
Mi estilista se llama Rose, o eso me dijo. Rose comenzó a
rociarme todo el cuerpo con pintura plateada, se sentía gracioso cuando lo
hacía. Al terminar de rociarla, dejó que se secara, y mientras tanto ella fue a
buscar el vestuario que llevaría encima.
Desapareció por unos minutos, y cuando entró venía con el
conjunto tapado. Cuando abre donde este venía noto que es una elegante túnica cubierta
de piedras preciosas, traídas del Distrito 1. Con mucho cuidado, la ayudo a ponerme
la túnica, después me miro en el espejo y, ¿para qué mentir? Me veo y siento
espectacular.
- Me gusta. Bastante. – Le dije con una sonrisa en
mi rostro.
- Muchas gracias, pero eso no es todo. Mandé a
hacer unas coronas, con zafiros en ellas. Ésta es la tuya.
Me colocó muy cuidadosamente la corona, y es maravillosa. Es una corona de oro
puro y tiene zafiros azules incrustados en ella. Me recuerda a mi madre… Como
la extraño.
- ¿Y bien? ¿te gusta?
- Bastante. Muchas gracias.
- Bien, salgamos que ya nos están esperando
afuera.
En cuanto salí, escuché los suspiros de Violetta y Cashmere.
Les había encantado. Me comenzaron a llenar de cumplidos, de lo guapo que me
veía y de más. Después salió Glimmer y tenía un conjunto parecido al mío, sólo
que su túnica era cubierta por rubíes,
además de que ella con su cabellera rubia y sus ojos azules arrasa.
- Oh, Glimmer querida, te ves preciosa. – Dijo
Cashmere.
- Muchas gracias. – Respondió Glimmer con una gran sonrisa en su deslumbrante rosto.
- Vamos muchachos, es hora de bajar.
Violetta nos llevó al nivel superior del Centro de
Renovación, que es básicamente, un gigantesco establo. La ceremonia inaugural
va a empezar, y nos fueron subiendo a las parejas de tributos a unos carros
tirados por grupos de cuatro caballos. Nuestros caballos son blancos como la
nieve, y están tan bien entrenados que ni siquiera necesitan un jinete que los
guíe.
- Te ves preciosa Glimmer. Tu nombre siempre ha
quedado contigo, pero ahora mucho más.
- Muchas gracias, Marvel. Tú no te quedas atrás,
te ves maravilloso. – Me dijo con una sonrisa.
Escuché un “¿todo listo?” por lo lejos, para después dar el
timbre que indicaba que ya saldríamos.
En cuanto salimos del Centro de Renovación se escuchó un
<<¡Distrito 1!>> para después escuchar los rugidos de las personas
del Capitolio gritando nuestros nombres. Les encantó.
Glimmer y yo los saludábamos, y ella en más de una
ocasión les lanzaba besos y yo sólo les sonreía. Todo iba bien, hasta que
escuchamos <<¡Distrito 12!>> y todos los vítores y alabanzas eran
para ellos. ¿Por qué? Giré mi cabeza a la pantalla y ahí estaba la respuesta.
Estaban en llamas. Ingenioso. Glimmer y
yo decidimos seguir con lo nuestro e ignorarlos, pero era algo difícil.
Después del recorrido de 30 minutos por el Capitolio, veo
como los 12 carros llenan el circuito del Círculo de la Ciudad. Todas las
ventanas de los edificios que rodean el círculo están abarrotadas de los
ciudadanos más prestigiosos del Capitolio. Nuestros caballos nos llevan justo
hasta la mansión del presidente Snow, y allí nos paramos. La música que antes
se escuchaba termina con unas notas dramáticas.
El presidente Snow, un hombre un poco alto, y rechoncho con
el cabello blanco como el papel, nos da la bienvenida oficial desde el balcón
que tenemos encima. Lo tradicional es enfocar las caras de todos los tributos
durante el discurso, pero en la pantalla veo más Distrito 12 que nada. Después
del discurso y que el himno de Panem sonara, se dio una última vuelta por el
círculo antes de desaparecer en el Centro de Entrenamiento. Por fin.
En cuanto se cierran las puertas, nos rodean los equipos de
preparación, que nos decían que habíamos estado fantásticos. Agradecimos a cada
uno de ellos. Después, miré a mí alrededor como siempre solía a hacerlo cuando
la vi… Si, la vi.
Una sonrisa involuntaria de mí parte se hizo notar en ese momento.
Estaba preciosa. Llevaba un vestido largo azul, caía perfectamente,
llevaba su cabello recogido en una cola alta y llevaba una especie de corona
marina con perlas en ella, tenía poco maquillaje, pero se veía igual de
preciosa como cuando la vi por primera vez, con su tez broceada y esos hermosos
ojos verdes como el agua.
Bajé mi mirada a su cuello, y vi que este era adornado por
un sencillo collar con una perla, pero había algo diferente en el. Observé
bien, y era el listón rojo. Algo habían hecho para que este formara parte del
collar. No sé qué, pero lo hicieron.
- Es el listón rojo... - Susurré para mi mismo con entusiasmo.
Azora estaba hablando con el mismísimo Finnick Odair. La
leyenda viva y mentor del Distrito 4.
Creo que estuve demasiado tiempo viéndola porque después
Gloss me preguntó si quería una cubeta, cosa que me hizo sonrojar. Después Glimmer
me dijo que fuera un poco más disimulado. Quería serlo, pero es demasiado el tiempo que ha pasado desde la última vez que la vi, y sólo quiero asegurarme de que esto en realidad no sea más que un largo sueño.
¿Qué me has hecho, Azora? Pregunté para mis adentros. Hubo
un momento en el cual nuestras miradas chocaron y sonreí ligeramente. Ella me sostuvo
la mirada y me regresó la sonrisa, al parecer Finnick se dio cuenta de eso
porque volteó y al momento de verme solo rió un poco. Tal
vez él ya sabía sobre el tema. Después Finnick la tomó y todos subieron a su
piso.
- ¿Qué fue eso? – Me preguntó Violetta.
- Una muy larga historia, Violetta… - Solo dije
esto, y Glimmer me abrazó, sabe como me encuentro en éste momento.
Cuando ya no había tanta gente nos fuimos a nuestra planta.
- Glimmer, Marvel ¿podrían asearse para la cena? –
Nos dijo Violetta para después sentarse en el living. Nosotros asentimos y
fuimos hacia nuestras habitaciones.
- ¿Qué fue lo qué sentiste, Marvel?
- ¿Perdón?
- Si… ¿qué sentiste al verla?
- Un vuelco en el corazón.
- Lo imagino. Lo noté en tu cara, y en tus
ojos, noté un brillo en ellos que hace mucho no veía. Debe ser especial.
Fue lo último que dijo Glimmer con una enorme sonrisa cuando entró a su habitación, hice lo mismo, entré a la mía, pero al
momento de cerrar la puerta en un acto no intencional susurré un: es especial.
Me di una rápida ducha y me vestí con un pantalón verde y
una camiseta de manga larga color blanco. ¿Es necesario recordarles que amarré
la pulsera de Azora a mi muñeca? No lo creo.
Salí de mi habitación, listo para cenar, moría de hambre.
Todos ya estaban en sus lugares cenando, así que tomé asiento al lado de
Cashmere.
- Muchachos, mañana empiezan su entrenamiento.
Tienen que estar listos antes de las 10 a.m. ya que a esa hora comienza – Nos
dijo Gloss. – No creo que sea necesario
que alguno de nosotros los acompañemos, ya son grandes, ¿o no? – Dijo con una
ligera sonrisa.
Continuamos cenando y
comentábamos acerca del Distrito 1, lo que hacíamos y como nos divertíamos en
la Academia.
- Chicos, díganme, ¿sus padres a que se dedican?
- Mis padres tienen una pequeña joyería en el centro
del Distrito, es todo. Muchas veces yo los acompañaba a la joyería, me gustaba
jugar con todas las joyas que se encontraban ahí. Cuidadosamente, me ponía miles de brazaletes, collares,
anillos, aretes, me llenaba de joyas, era divertido. – Les contó Glimmer
sonriendo. Recuerdo que para su cumpleaños número 14 recibió un anillo precioso
con rubíes, zafiros, y uno que otro diamante. Estaba fascinada.
- ¿Y los tuyos Marvel?
- Mi padre es doctor, y mi madre solía ser
enfermera, pero dejó eso y ahora dedica su tiempo en sembrar flores. Le encanta.
- Oh, qué lindo.
- No tienen ni la mínima idea, la casa de Marvel siempre huele bien,
a flores y su jardín es una hermosura. – Dijo Glimmer con emoción. Es cierto.
Es por eso que a ella le gustaba visitarme, se quedaba en mi jardín mucho
tiempo viendo las flores, de todos colores, tamaños, formas y especies.
- Seguro siempre se veía hermoso… - Dijo Violetta.
- Siempre. – Dije con yo con una sonrisa.
Con esto finalizamos la cena, ya que ya se hacía tarde y
teníamos que levantarnos temprano por la mañana.
Fui a mi habitación, y como tenía pocas ganas de ponerme
pijama me acosté en ropa interior y apagué las luces.
Me estaba quedando dormido cuando algo vino a mi mente…
Campánula violeta.
La flor que coloqué en el pelo de Azora el día que la conocí
era una campánula violeta.
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¡Hola, gente preciosa!
Una disculpa si los he hecho esperar, he estado algo rara últimamente pero bueno, una disculpa.
Les quiero agradecer a todos por tomarse su preciado tiempo en dedicarse en leer esta fanfic, la cual ya está apunto de llegar a su fin. Triste, lo sé, pero bien, a lo que iba, gracias por sus hermosos comentarios, los cuales adoro leer. Por cierto, ¿quién es de ALEMANIA y RUSIA? Tengo la enorme curiosidad, si pueden dejar un comentario o escribirme un tweet se los agradecería DEMASIADO, jaja.
Espero que disfruten este capítulo y les queden ganas de más.
En otras noticias, mañana es mi cumpleaños, ¡wohooo! Como sea, muchas muchas gracias, los adoro por leer, y ¡AMEN A MARVEL!