domingo, 29 de abril de 2012

7


  






   -          ¡Marvel! ¿Ya estás listo? – Me preguntó mi hermana desde el pasillo.
   -          Ya voy.
   -          Vamos galán, sé que te quieres ver bien por si ves a alguien en la cena, pero es suficiente. Date prisa, ya hay que irnos, tenemos reservación. Mamá y papá ya están abajo.
   -          Ya voy, ya voy. – Tras decir esto, Phoeb bajó protestando. Me di una pasada con el cepillo para acomodar mi cabello, me puse un poco de loción, y mi corbata.

Iba saliendo de la habitación cuando recordé que olvidaba algo… Claro, la pulsera. Volví por ella y la volví a amarrar a mi muñeca.

   -         Vaya, hasta que te dignas a bajar Marvel. – Me bufó mi hermana.
   -          Ya. Sé que te morías por verme, pero aunque sea finge un poco que después mamá y papá comenzarán a sospechar cosas sucias de ti.
   -          Ja-ja-ja, tonto. – Con esto me dio un leve golpe en el hombro, y mamá y papá comenzaron a reír. 

     Realmente gustan los momentos como estos.

   -          Ya, niños, compórtense, viene un tax por nosotros
.
Subimos al tax y papá le dio el nombre del restaurante al cual nos tenía que llevar. Un tax es un transporte público pero con límite de personas, caben máximo 5. Los Taxs solo están en el Capitolio, Distrito 1, Distrito 2, y Distrito 6.
Bajamos de él y entramos al elegante restaurante. Era glamur por doquier. Cosa que mi madre y Phoeb amaban.


   -          Buenas noches, sean bienvenidos. Su nombre, por favor. – Nos recibió un hombre con ropa colorida.
   -          Jonn Homs. – El hombre revisó tableta electrónica, obviamente fabricada en el Distrito 3.
   -          Claro, síganme por favor. – Tomó 4 menús y nos guió a una tranquila área del exclusivo restaurante. -Aquí tienen sus menús, cuando se sientan preparados para ordenar vendrá alguien a atenderlos, muy buen provecho.
   -          Muy bien, y ¿qué platillo les provoca agua en la boca, muchachos? – Dijo papá.
   -          No lo sé, tal vez el número 5. Cordero suena bien, eh.
   -        Yo quiero el número 3. – Dije yo, que consistía en un delicioso y gordo filete de pescado, con pasta adentro y salsa sobre él.
   -          Yo quiero el 7, cariño.
   -          Muy bien, yo pediré el 5 al igual que Phoeb.

Y así, papá ordenó nuestra cena y bebidas. Nos la queríamos pasar en grande y olvidar por un momento que mañana es el día de la cosecha.

En cierto punto de la velada, papá llamó nuestra atención diciendo que quería hacernos saber algo. Nosotros guardamos silencio.

   -          Madee. Quiero que sepas que eres el amor de mi vida, siempre lo has sido y siempre lo serás. Estamos hechos el uno para el otro, y te quiero agradecer por estos 24 años de matrimonio, y por nuestros hijos, que son maravillosos seres humanos. Es hermoso despertar a tu lado, sabiendo que eres mía y yo soy tuyo, que siempre compartiremos nuestras vidas. Es hermoso saber que tenemos unos hijos tan hermosos. Siempre que veo tus ojos y tu sonrisa, es como la primera vez que te vi, sigo cayendo en ellos. Eres mi compañera, mi mejor amiga, mi pareja, mi esposa. Mi amor. Te amo.

Y es por esto que sé que el amor verdadero existe. Mis padres son el vivo ejemplo de ello. Se aman como si no hubiese un mañana y siempre están agradecidos de tenerse al lado. Es por ellos que sé que hay alguien para mí que me amará y yo amaré así como ellos se aman, incluso puede que más. Dirigí mí mirada a mi madre y tenía los ojos cristalinos, estaba a punto de llorar de felicidad. Ahora veo a mi hermana, que tiene una sonrisa de oreja a oreja y también quiere llorar.

   -          Madee. Sé que regalos como estos no son de mucha importancia, pero quise comprarte esto. – Con eso sacó de su saco una caja aterciopelada color rojo, la abrió y en ella había un hermoso brazalete con pequeños zafiros azules incrustados en él. Era hermoso. Cuando pensamos que era todo, estábamos muy equivocados, ya que papá mostró la otra sorpresa. Al reverso del brazalete estaban nuestros nombres escritos. Ahí fue cuando mamá dejó sus lágrimas salir. – Sé que no es la gran cosa, pero me gustó mucho.
   -          Oh, Jonn. – Dijo mamá, para después pararse de su asiento y darle un beso a papá. - Claro que es la gran cosa. Tu eres la gran cosa. ¿Puedo usarlo ya? – Dijo emocionada mamá.
   -        Claro que si, cariño. – Con esto, papá le colocó el brazalete a mi madre. Ella estaba tan feliz por su regalo. No por las piedras preciosas. No. Si no por el detalle que tuvo mi padre.
   -          Te amo tanto Jonn. Los amo tanto niños.
   -          Y yo a ustedes. Mi familia. Los amo demasiado y haría todo por ustedes. Son mi todo. Los amo.

Con esto todos nos dimos un abrazo y salimos del restaurante.



Yo también quiero un amor genuino.

10 comentarios:

  1. *le crying* hajksdhksjadkasd que bonitoooo!!!

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  2. Te wa dejar muchos comentarios porque no comenté en los capitulos pasados... Shame on me!

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  3. Hola, soy tu fan y te amo♥

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    1. Gracias por tus hermosos comentarios Johanna, y no te preocupes, jaja. ¡Lloremos juntas!

      Yo me declaro una Jolover<3 {nombre de tu fandom} ;)

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  4. Awww mucha miel en este capítulo! Me encanto, y tu que dices que no escribes bien. Oiesamamada hahahahahahahah okno. Byesssshhhhhh

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    1. Por eso digo que suelo ser cursi cuando me lo propongo, jajaja. Muchas gracias, Queen<3

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  5. Está muy lindo el capítulo :3 quiero otro... Se me hizo algo en el estómago cuando leí lo que decía el papá de Marvel.

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