lunes, 30 de abril de 2012

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Y la pesadilla llegó una vez más. Si. Hoy es el día de mi penúltima Cosecha.

¿Estoy listo? Supongo. Nunca se sabe que pasará.

Me levanté de la cómoda cama para dirigirme hacia el baño y darme una ducha. Fue una larga ducha con agua tibia. Me afeité, y lavé mis dientes.

Al salir del baño me vestí con unos pantalones color carmín, una camiseta de vestir color blanco de mangas largas, y unos zapatos negros. Me peiné y puse loción. Esta vez no olvidé el brazalete de mi cumpleaños número 12, y claro, la pulsera de Azora, me da buena suerte.

Bajé a desayunar y ahí ya estaban todos reunidos.

   -          Marvel, hoy te ves muy guapo. – Me dijo mi madre con una sonrisa y pude notar que llevaba puesto su brazalete.
   -          Muchas gracias, mamá.
   -          Vamos, siéntate, he preparado tu desayuno favorito.

Entusiasmado tomé asiento justo al lado de mi hermana, que se veía muy bien con su vestido color azul liso, y su cola alta.

   -          Muy bien, 4 para ti Marvel, y 2 para ti Phoeb. Pero niños, tengan cuidado de no mancharse por favor.
   -          Mamá, por favor, ya no somos unos niños. ¿Podrías por favor al menos tratarnos cómo los adultos jóvenes que somos por hoy? – Dije esto con un pedazo recién cortado de mi desayuno en el tenedor que estaba a unos milímetros de mi boca, y cuando de repente está a punto de caer sobre mi ropa y ensuciarla, veo la mano de mi madre con una servilleta para evitarlo.
   -      Claro, adulto joven que todavía no aprende a comer adecuadamente. – Y pone la servilleta justo en frente de mí para tomar el pedazo y metérmelo a la boca.
   -       Aw, Marvie. Como te quiero.

Terminamos con nuestro desayuno y hablamos animadamente entre los cuatro. Tratamos de disfrutar cada segundo juntos. ¿Quién sabe? Tal vez podría ser la última vez que estamos juntos.


Tras esto, nos dirigimos a la ya conocida plaza donde ponen el escenario frente el Edificio de Justicia.
Me despedí de mis padres y mi hermana con un beso en la mejilla y un abrazo, mi hermana y yo nos deseamos buena suerte y nos acomodamos en nuestros lugares. Ella con las mujeres de 18 años, y yo con los hombres de 17 años.

El proceso fue el mismo. El momento en el cual el reloj da las 2 p.m. el alcalde toma lugar en el podio y empieza a leer. Es la misma historia de todos los años, la cual ya me aprendí de memoria. En ella habla de la creación de Panem, el país que se levantó de las cenizas de un lugar antes llamado Norteamérica. Comienza a enumerar los desastres, sequías, tormentas, incendios, mares que subieron y tragaron gran parte de la tierra, y de brutales guerras, que llevaron a Panem. Con un Capitolio rodeado por trece distritos, que llevó a la paz y la prosperidad a sus ciudadanos. Entonces llegaron los Días Oscuros, la rebelión de los distritos contra el Capitolio. Donde derrotaron a 12 de ellos y aniquilaron al decimotercero. Se creó el Tratado de la Traición, y eso nos dio Los Juegos del Hambre, que ya se sabe de más en qué consisten.

   -          Es el momento de arrepentirse, y también de dar gracias – recita el alcalde.

Después de esto, lee la lista de los habitantes del Distrito 1 que han ganado en anteriores ediciones de Los Juegos del Hambre que han sido muchos. A continuación el alcalde se retira del podio y veo como una mujer con ropa extravagante pero que este año es color amarilla, pelo plateado, llena de piedras preciosas, y muy, muy alegre se apodera del podio. Claro, la famosísima y  ya casi vieja: Violetta Mers.

   -          Distrito 1, mi distrito favorito. ¡Felices Juegos del Hambre! ¡Y que la suerte esté siempre de su parte!  - Dijo con el conocido acento del Capitolio.

Después de esto, hizo lo habitual. Habló de que somos su distrito favorito, que es un honor estar aquí y de lo mucho que le gustan los juegos. Al terminar su parloteo, se acercó a la urna redonda de cristal asignado para las mujeres y sacó una de las tantas papeletas.

   -          Bien, ¡esto es muy emocionante!, la afortunada es… ¡Glimmer Lev!

Esperen. ¿Qué? No puede ser. Glimmer. ¿Mi mejor amiga? ¿Ahora me la arrebatan a ella?    
La veo abrirse paso entre la multitud, ella siempre ha sabido controlarlos, va con su vestido rosa debajo de las rodillas y su pelo agarrado, va subiendo al escenario, se ve demasiado calmada. Claro, debe de estarlo, es una profesional. Vamos Marvel, cálmate, respira.

   -          ¿Hay algún voluntario?...  – Dijo Violetta. - Al parecer no. Ahora bien, vamos con los muchachos – Dijo esto y se acercó a la urna redonda de cristal de los hombres llena de papeletas. – Y el gran afortunado es… ¡Marvel Homs!

Escuché que la gente lanzó un gran suspiro no sé si de terror o de pena. ¿Por qué lo habrán hecho? ¿Qué dijo Violetta?... ¿Marvel Homs? Me suena conocido. Esperen… Oh, mierda. Soy yo. ¿Tengo que pelear contra Glimmer a muerte? No puede ser posible. No puedo… Vamos Marvel tranquilo. Respira. No te rompas. Camina despacio y con seguridad. Eres un profesional, recuérdalo y métetelo a la cabeza. Eres un profesional.

Caminé tranquilo y con la cabeza en alto hasta el escenario. Vi la cara de Glimmer, estaba seria. Demasiado seria. Pero vi en sus ojos que estaba asustada.

   -          ¿Voluntarios? – Nada me podrá sacar de esta.- ¡Parece que tenemos muy buenos tributos este año, Distrito 1! – Dijo Violetta demasiado emocionada. Me repugna. – Ahora, dense la mano tributos.

Le di la mano a Glimmer, y nos vimos a los ojos, seguía asustada. Y no la culpo, ya que la suerte no estuvo de nuestra parte. Tomamos asiento al lado de nuestros mentores y Violetta para escuchar al alcalde leer el largo y aburrido Tratado de la Traición.

Para finalizar, nuestros dos mentores, Violetta, nosotros dos y el alcalde entramos al Edificio de Justicia. Ahora ya sé la respuesta a mi duda de años. ¿Qué se sentiente ser tributo? La respuesta ya la conozco. No me hubiese importado ser tributo en algún otro año, habría matado sin importar quien fuera la persona, pero yo no puedo matar a Glimmer. Nada más vean las sorpresas que nos da la vida.
Ahora nos dejaron en unos cuartos por separado para que nuestros seres queridos se despidan de nosotros. Marvel, eres un profesional, no te rompas.


Las primeras personas que vi entrar, como era de esperarse, era mi familia.

   -          Tienen 5 minutos. – Nos recordó un agente de la paz.
   -         Oh, Marvel… - Dijo mi madre que ya estaba llorando.
   -          No, mamá, por favor no llores, todo estará bien, ya lo verás.
   -          Pero, Marvie… prométeme que regresarás.
   -         Lo prometo mamá. Soy un profesional. Verás que regresaré. Seré tu campeón. Te haré sentir orgullosa.
   -          No, Marvel… Yo ya estoy orgullosa de ti.
   -          Eso me hace sentir mejor, muchas gracias. – Le dije para darle un rápido abrazo.
   -          Cuídate por favor, y cuida a Glimmer. – Me dijo mi hermana que tenía los ojos cristalinos.
   -          Lo haré. Daré lo mejor de mí. Cuida a mamá y a papá. Sé que puedes hacerlo.
   -          Claro.
   -          Escuchen, no importa que vean en la televisión, no dejen que les afecte. Estaré bien. Me cuidaré y daré lo mejor de mí. Las cosas pasan por algo. Los amo y siempre lo haré, no lo olviden.  Son lo mejor. Regresaré.


Los abracé. Después llegó el agente de la paz diciendo que se habían terminado los 5 minutos. Así que salieron. Y cumpliré lo que dije. Regresaré. Sea vivo o muerto, regresaré.

8 comentarios:

  1. Me encantaaaaaaaaa, MJ!!! mi capítulo favorito es el 7, me encanta lo unida que es la familia de Marvel pero este cap es triste, pero muy buena :).

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  2. gjkdhfgf Sabes que amo tu fic, ¡no me puedes dejar así! Oh mi dios, esto se vuelve cada vez más interesante.

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  3. Se me salieron las lágrimas María José!!! T________T
    Why Marvel? Why Glimmer?

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    1. ¿Enserio? Aw :'( Entonces creo que debes de ir preparándote mentalmente para el próximo capítulo...

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